LA EVALUACION SENSORIAL
La evaluación sensorial no es una disciplina reciente, ya que existen escritos sobre olores, aproximadamente del año 320 a.c. otro texto que hacen referencia a estos atributos es la Biblia. En la literatura en la cual se hace se habla de los alimentos, principalmente se trata de las características y naturaleza de los olores.
Esta disciplina se ha venido estableciendo a través de investigaciones realizadas a evaluaciones sensoriales informales. La evaluación sensorial aun cuando admita circunstancias naturales, está apoyada en conocimientos científicas y en procesos de aprendizaje que se forman día tras día, con cada uno de las prácticas realizadas.
Es por esto que la evaluación sensorial se basa en la psicofísica, que es la ciencia que estudia la relación entre el estimulo y la respuesta que da el sujeto a ese estimulo. Pero el análisis sensorial no podía quedarse en la respuesta psicofísica por lo que se ha realizado estudios para perfección cada uno de los métodos empleados y hacerlos más objetivos.
En el análisis sensorial el papel fundamental y las decisiones las toman los jueces, quienes por lo general son personas entrenadas y capacitada, con un gran desarrollo de percepción en sus sentidos. Los jueces, se pueden clasificar en expertos, entrenados y semientrenados; de acuerdo a las exigencias de las pruebas sensoriales de cada producto dispuesto al análisis.
Las pruebas sensoriales son las muestras a las que cada uno de los jueces debe hacer su respectiva “cata”; éstas se dividen en dos: pruebas afectivas y pruebas discriminativas. Estas pruebas se deben realizar en un laboratorio de análisis adecuado con buena iluminación, ventilación y dotado de todos los elementos necesarios para cada prueba; además se debe tener en cuenta el número de jueces un buen espacio para la deliberación del panel, donde se reunirán los jueces y el orientador para discutir las respuestas obtenidas de dichas pruebas y dar a conocer el resultado del análisis de dicho producto a su respectiva empresa.